De espalda a la vida, en
esta fotografía de la vida cotidiana apreciamos a una mujer chiapaneca,
viajando en un camión urbano su nombre puede ser cualquiera. Ella al igual que
todas las mujeres de su etnia indígena dejaron su hogar para venir a Veracruz a
buscar una vida mejor, las vemos en las esquinas de los cruceros vendiendo
desde un chicle, una artesanía o incluso mendigando una limosna. Con sus
pequeños en la espalda caminando de prisa o bajo el inclemente sol, la lluvia o
el frio. Vestidas con su atuendo típico son el reflejo de un México enfermo de corrupción,
donde las clases sociales son tan desiguales, y a este pobre pequeño que le
toco nacer en este país, que ahora duerme tranquilo en su improvisada cama de
sueños apenas hecha de una tela blanca y frágil, como el pequeño que vive sus
primeros años a espaldas de su madre, dándole también la espalda a la vida, ¿cuál
será su futuro? ¿Que podrá esperar, se cumplirán
sus sueños? La pregunta es para cada uno de nosotros, que somos parte de una
sociedad que cada vez es más egoísta.
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